martes, 14 de junio de 2011

LA TIRANÍA DEL BLOG

Tengo quince minutos para escribir una entradita para este blog. He estado casi dos horas intentándolo sin que pasara nada. No salía ni una letra, ni un garabato siquiera. Me he estrujado el cerebro para ver si hilvanaba algo que pudiera colgar antes de la hora convenida.
Busqué en las noticias de hoy, entre las desinformaciones diarias, en los datos que inundan la blogosfera, en los vídeos del tubo, pero no; no se me ocurría nada.
Era el sentimiento aterrador de saber que el reloj tictacteaba inclemente hacia esa línea de muerte de las dieciocho horas. Miré al cielo por ver si el alisio me traía la inspiración, miré a los gatos por si me ronroneaban algo de provecho, mas nada me soplaba la musa, que me sonreía retadora desde el vacío.
Entonces busqué en las revistas de coches clásicos de este mes, en las páginas de internet donde sigo el mercado de ocasión, con otra triste conclusión: no había nada que hacer si no me tocaba la lotería o hablaba con los de mi banco. Y ésa era otra puerta cerrada antes siquiera de tocarla.
Desde que mi caja de ahorros se fusionó (¿o era qué se fisionó con el FMI?) miran cada céntimo en negativo de mi cuenta para negarme la ampliación de la hipóteca o un prestamito cualquiera. O sea, que no me podré comprar el modesto descapotable construido sobre el chasis de una berlina vieja hasta el siglo XXII.
Mientras tanto seguí rebuscando por mi biblioteca por si entre los libros de biografías célebres de autores británicos encontraba algún emperador de Nínive o algún sátrapa de Samarcanda sobre quienes escribir algo para rellenar este bloguito de mis entretelas.
Desde que lo reactivé, allá a principios de mayo, el número visitantes a mis entradas, artículos y similares no para de crecer y mi nombre en las búsquedas de google sigue escalando posiciones como si estuviera en la ascensión ciclista al Alpe d’Huez. Mi editor parece estar contento por esto, pero el que esto escribe se siente preso de la tiranía que significa escribir cada día “algo” ingenioso, creativo, original o curioso.
Siempre he sido un poco vago. Me molesta la horrible disciplina de la escritura diaria. Es verdad que soy capaz de encerrarme durante un mes para teclear como poseso una novela de un tirón; pero también necesito gandulear con método y elegancia durante muchos meses después; y antes también.
El jueves próximo presentaré KOPI LUWAK en Las Palmas. Hasta ahora sólo lo había hecho en las Ferias del Libro de Madrid y en Tenerife, vendiéndosela a desconocidos, recordando mis jóvenes tiempos de vendedor de la Encyclopaedia Britannica, parando a los transeúntes, abriéndoles el primer capítulo y retándolos a cerrar el libro después de haberlo leído. Unos cuantos se dejaron convencer y compraron el libro, no sé si por continuar la lectura o por quitarme de en medio.
Espero que algunos más se dejen convencer en la presentación del Gabinete Literario.
O sea que ya casi son las dieciocho horas y no tengo nada que merezca la pena colgar del patíbulo público de este blog, salvo este canto a la anarquía creativa que acaban ustedes de leer.

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