viernes, 27 de mayo de 2011

PRESENTACIÓN Y FIRMA DE EJEMPLARES



EL SÁBADO 28 DE MAYO, ESTARÉ EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID, CASETA
NÚMERO 24, DISTRIBUIDORA MAIDHISA (EDICIONES ANROART). CERCA DE LA ENTRADA DE LA CALLE O'DONNELL.

ANTES DE PARTIR A MADRID


De juguetes y aficiones

Ayer (disculpe el lector, pero este “ayer” no es literal) hacía uno de esos atardeceres de película. Y decidimos dar un paseo en coche: la carretera del norte en dirección a la puesta de sol me atraía desde hacía días; y hacia allá nos fuimos.
No todos saben de mi afición por los coches clásicos, pero este cuaderno de
bitácora moderno es algo así como un confesionario que lleva algún tiempo acumulando telarañas y no hay mejor manera de limpiarlo que haciendo confesión.
Siempre me gustaron los coches, confieso. Cuando era pequeño coleccionaba miniaturas de la marca inglesa Matchbox. Se vendían en el Bazar Copacabana de la calle La Naval, frente al Castillo de la Luz. Aquel bazar era la meca a donde peregrinaba cuando llegaban los regalos de Reyes o se acercaba mi cumpleaños a finales de agosto.
Tuve una buena colección de modelos maravillosos de los años sesenta de mi niñez e, incluso, una pista de carreras de la misma marca. Más adelante llegué a tener la estrella de todos: un fantástico Mercedes Benz rojo, modelo colas 230 S, dirigido por cable de la marca alicantina Payá.
La mayoría de ellos se perdieron en manos de algunos de los hijos de una prima, donados por mí en cuanto me llegó la adolescencia. Muchos años más tarde indagué por ver si quedaba alguno de ellos y la respuesta me decepcionó: fueron a parar a la basura en cuanto el hijo de mi prima creció...
Hoy he vuelto a tener juguetes, pero estos son a tamaño real: la estrella de mis juguetes automóviles no lleva una estrella como emblema, lleva un escudo bávaro azul y blanco, es un BMW de 1986. No es un “bemeta” cualquiera, es un M5 de primera serie, la E28 para los entendidos.
Cualquiera que quiera saber más sólo necesita buscar en Internet. Se fabricaron únicamente 2191 ejemplares de un modelo exclusivo. Dentro de la carrocería de un sencillo sedán de 4 puertas, la división de competición de BMW, Motorsport, metió el chasis y el motor de un coche de carreras, el M1. Sus 286 Caballos DIN lo convierten todavía en algo excepcional en carretera.
Walter Sauermann importó el coche en 1986 y lo matriculó a su nombre cuando su empresa todavía tenía la concesión, Le costó casi 8 millones de pesetas, repleto de extras, todos excepto el techo deslizante, de acuerdo al albarán de entrega. Fue su coche personal durante un par de años.
El coche lo compré en 1997 al jefe de ventas de la antigua Sauerman, que se había establecido por su cuenta después de la quiebra de la compañía. El coche siempre ha estado en garaje y se ha cuidado sin reparar en costos y siguiendo escrupulosamente las indicaciones del fabricante. Ahora tiene algo más de 150.000 kilómetros y sigue siendo un vehículo magnífico.
Como decía, ayer nos fuimos rumbo al sol poniente a bordo de nuestro M5. Hasta Agaete la carretera es monótona, llena de obras inacabables y caravanas de domingueros que volvían por el otro carril en dirección a la capital insular. La vista desde Agaete en dirección a la Aldea es espectacular: las crestas de los acantilados remedan la cola de un dragón.
La carretera serpentea arriba y abajo siguiendo la ruta costera de los cantiles, trazando una línea enroscada a media ladera, como si una cicatriz artificial hiriera la cola de ese dragón durmiente.
Llegaba el catamarán de Fred Olsen mientras se adivinaba la silueta piramidal de Tenerife en lontananza y nosotros subíamos por la carretera en dirección a Guayedra. Bajé la ventanilla del conductor y empecé a apurar las marchas hasta subir el motor de vueltas para insertar la siguiente marcha en el momento en que el par motor era el ideal, por encima de la 4500 vueltas.
No soy ni la mitad del conductor apropiado para la máquina que nos llevaba, pero ayer parecía estar en buenas condiciones para conducir de forma alegre: La carretera inspiraba confianza.
Estaba recién asfaltada y el trazado estaba muy bien realizado, con peraltes adecuados en las curvas, barreras de protección en todo el trazado y un firme nuevo, con un agarre óptimo para los nuevos neumáticos del coche.
Había cierto tráfico de frente, pero durante algunos kilómetros no venía nadie en ambas direcciones. Empezamos a disfrutar trazando las líneas ideales de conducción. Con la prudencia en mente, logré inducir alguna pequeña derrapada controlada con un ligero contravolante en las curvas de derechas, viendo libre el territorio al frente.
Mientras el M rugía, el sol teñía de rojo los farallones de Guayedra y Faneque. Tamadaba mostraba un velo de nubes tenues en lo más alto y Tenerife se vislumbraba cada vez con más claridad en el horizonte...

Escribí la entradilla previa para despabilarme y poder escribir alguno de los capítulos de KOPI LUWAK que se refieren a este maravilloso automóvil. Lo dejé a medias mientras me volcaba escribiendo la novela que mañana presentaré en Madrid. Acabo de echarle un vistazo a estas líneas y al coche de referencia en mi garaje. He decidido colgar las líneas en el blog mientras el M5 me devolvía la mirada.
Le acabo de prometer que volveré a tomarlo por esa carretera antes de que inauguren la nueva. Creo que no existe mejor vía para un amante de la conducción, particularmente al atardecer.

jueves, 26 de mayo de 2011

El corral de los garañones (Amurga)


"El Cuento del Corral de los Garañones y los paralelismos con las historias de las Mil y Una Noches"


Este relato me lo regaló mi amigo Francisco Javier Gil Rodríguez hace más de veinte años. Muchas gracias de nuevo, amigo.

La cultura rural de las islas guarda una riqueza etnográfica de indiscutible entidad y calidad. Cada pueblo, cada cortijo, cada caserío, presenta peculiaridades únicas, manteniendo hábitos inmemoriales por medio de la tradición oral. Hasta hace muy poco tiempo esta costumbre era la única que permitía conservar y transmitir de padres a hijos gran cantidad de acontecimientos, cuentos, tradiciones, usos y formas de ser propios, relatados a través de la niebla del tiempo de generación en generación.
Este saber tradicional de base fundamentalmente oral empezó a tambalearse y desaparecer progresivamente a partir de los años sesenta con la llegada del turismo y el arruinamiento de los medios clásicos de la economía isleña: agricultura, ganadería, pesca y empleos artesanales, en aras de una vida más cómoda y moderna. Además el traslado precipitado de mucha de la población de los núcleos del interior a nuevos pueblos crecidos rápidamente en la costa, a la vera de la industria turística, combinado junto con los medios de comunicación que traen la visión de otras formas de vida ajenas, llevan a la visión de una aldea global que uniformiza a las personas y desarraiga a las culturas independientes.
La tradición oral en Canarias se conserva todavía deshilachada en la memoria de nuestros mayores que fueron partícipes y actores de esa cultura en trance de desaparecer. Esa tradición está inédita en su mayor parte, debido al carácter intrínseco de la misma que requiere contadores de historias y audiencia para ellas. Los narradores tienen cada vez menos público que escuche con agrado sus relatos, con lo cual será la desaparición física de éstos la que señale el fin de muchos cuentos, pues al no estar escritos desaparecerán sin remedio.
Hasta hace pocos decenios era normal ver a muchos ancianos sentados en las plazas públicas o a las puertas de sus casas relatando sus avatares, sus leyendas y sus cuentos, y además era bastante curioso comprobar que tenían público, especialmente infantil, que los escuchaba con atención y respeto.
Desafortunadamente esta costumbre va desapareciendo progresivamente y cualquier anciano al que se le solicite narraciones o historias del pasado reaccionará con suspicacia y desconfianza la mayoría de las veces.
Por eso tiene un valor excepcional el hallazgo de un narrador dispuesto a compartir y contar sus historias de antes. El cuento de " El Corral de los Garañones" lo escuchamos por primera vez hacia 1988 en la palabra de José García Perera, pastor de la zona de Amurga. Después la volvimos a oír en boca de otros pastores. Unos la conocían mejor que otros, pero el núcleo de la historia no cambiaba, por lo que dedujimos que el relato tiene raigambre y tradición en la zona. Nosotros nos hemos quedado con la versión del citado José García Perera y la de Jacinto Ortega para transcribirla.

Amurga
Pero antes de relatar la historia propiamente dicha, situaremos al lector sobre el terreno: Amurga es una isla dentro de la isla. Es un imponente macizo rocoso situado al sur, dentro de la Caldera de Tirajana, emergiendo del terreno circundante hasta los 1131 metros de altura en la meseta del mismo nombre, estando limitado al oeste por el Barranco de Fataga, al este por el Barranco de Tirajana y al sur por el mar. El nombre de Amurga, como quedó dicho, se aplica a la cumbre y por extensión a toda la zona desde lo más alto hasta la costa. Así las localidades de Tarajalillo, Aldea Blanca, La Barrera o el Lomo de Maspalomas pertenecen a la unidad geográfica de Amurga.
No sabemos con total seguridad el significado del topónimo Amurga y aquí apuntamos las diferentes posibilidades:
Origen castellano
Es el menos probable, pero citaremos la definición del diccionario de la Real Academia de la Lengua de una palabra de fonética similar, Amusgar: Echar hacia atrás las orejas el caballo o el toro, etc., en ademán de querer morder, tirar coces o embestir.
Además es oportuno apuntar que los pastores denominan a una cabra sin orejas como una cabra murga o un macho murgo.Para este significado no hemos encontrado ningún sinónimo o explicación en diccionarios de lengua castellana.
Origen pre-hispánico:
Es más probable, aunque no estamos completamente seguros de que las posibilidades que aquí apuntamos sean próximas al significado real del término. En los diferentes manuales de lengua Amazigh (bereber)1 que hemos consultado, los términos más próximos son el sustantivo Almuggar: Feria anual, lugar de encuentro, romería, y el adjetivo Amgar: Grande.
En la isla de Gran Canaria se encuentran dos topónimos de similares características; a saber: uno es el ya citado Amurga, con las variantes Murga, La Murga y el otro es Amurgar, situado en La Aldea.

Modus vivendi
La zona de Amurga era propiedad comunal de toda la isla2. Cuando el frío apretaba en las cumbres los pastores tiraban para esta parte de la isla, que en los años buenos tiene asegurada el pasto y el agua. La actividad económica de estos lugares -aunque ahora están casi deshabitados- era, hasta hace bien poco, intensa. Existían grandes ganados, predominantemente de cabras, ovejas y cochinos. Acudían a Amurga pastores procedentes de las zonas lejanas como Valsequillo y Corral de los Juncos o de zonas más próximas, como ganaderos de Gitagana, Artedara, Fataga, Aldea Blanca o Lomo de Maspalomas. Además habían carboneros que carboneaban entre el pinar y los hogarzos, salineros y pescadores en la costa y pequeños agricultores en vegas aisladas.
La vida diaria de los pastores incluían el encuentro regular entre ellos, con peleas de carneros, apañadas de ganado guanil, así como el intercambio de relatos y cuentos. Una de las historias que se contaban es la que da título a nuestro artículo: "El Corral de los Garañones".
Este topónimo aparece por primera vez -o por lo menos esta el la referencia más temprana de la que disponemos- en el año 1785, cuando el nombre se menciona en los archivos sobre los pleitos sobre la propiedad de las tierras de Amurga; ya que unos pocos querían quedarse con lo que tradicionalmente había sido propiedad comunal de todos los vecinos de la isla.
Cabe decir que gracias a las transcripciones de estos pleitos han llegado hasta nosotros muchos términos de la zona. Otros se han perdido para siempre.
Garañón tiene un significado claramente ganadero: con el se designa a un animal doméstico macho destinado a la reproducción, un semental equino, sea asno, caballo o, incluso, un camello. En Canarias la denominación se aplica también a los machos cabríos. Y hemos escuchado a algunos pastores decir: "El caballo está engaroñado",queriendo significar que el caballo está dispuesto a cubrir a la yegua. Cuando inquirimos a nuestros informantes por el origen de la denominación del Corral de los Garañones, ninguno nos aclara su origen o el porqué de tal nombre. Este topónimo no aparece aislado y conocemos en la isla de Gran Canaria otras localidades que comparten términos parecidos: Lomo Garañón en el municipio de Mogán y Los Garañones cerca de la presa de Hornos, en Los Llanos de la Pez y Pargana.
Antes de contar la historia debemos describir someramente el "Corral de los Garañones". Según nuestros informantes, la estructura original ha sufrido diferentes acondicionamientos que la han ido modificando a lo largo de los siglos. Según el pastor José García Perera, el aprisco que él primeramente conoció estaba formado por dos corrales unidos entre sí. Fue la propia familia García Perera la que amplió el corral, dándole la planta actual rectangular, quedando justo en el medio los cimientos de las antiguas paredes. (Ver foto número 1)
Asimismo hemos rescatado gracias a la colaboración de los pastores ya citados muchos otros topónimos sonoros e inéditos de la zona -Corral de la [A­­]Bejera, Lomo de la Macha, Cueva del Corral, Morro de la Sabina-, la mayoría relacionados con la economía pastoril, que quedan reflejados en el mapa adjunto. Desde estas líneas expresamos el agradecimiento a dichos pastores por su inestimable ayuda para conservarlos.

A continuación transcribimos el relato central de nuestro artículo, adaptado ligeramente al ser escrito:
El Corral de los Garañones

"Cuentan que había un pastor de Amurga que decidió irse a la isla de Cuba, bien por que no le gustaba la dureza de su oficio o porque varios años secos habían arruinado su ganado, para conseguir un pronto enriquecimiento que se le negaba en su propia tierra. Su padre se quedó con el resto del ganado en el mismo lugar y él se embarcó rumbo a La Habana.
Tras un tiempo en la isla caribeña nuestro pastor no hacía fortuna y la vida era tanto o más dura que en Gran Canaria.
Dicen que en Cuba hay mucha brujería3, así que el hombre en busca de fortuna decidió acudir a un brujo sajorín4 para ver si podía poner remedio a sus tribulaciones.
El brujo le dijo:
-La fortuna suya está en Canaria.
-¿En Canaria...? Si yo vengo de allá en busca de mejor suerte...
-Sí, sí señor, en Canaria está su fortuna. Y le voy a decir dónde. Está en el Corral de los Garañones, en Amurga. En el centro hay una piedra grande y en ella se echa todos los días un macho rucio, que entra primero que el resto del ganado.
-¿Y qué es lo que hay allí? -preguntó el pastor, intrigado por que el brujo le señalaba un lugar que conocía bien.
- Pues allí está la suerte suya. Usted se lleva agua bendita5 y con ella rocía la piedra, luego la rompe y ahí encuentra la fortuna.
El pastor no tardó en regresar de Cuba a Canarias. Se reunió con su padre y su ganado y pone en obra lo que el brujo le había indicado.
Primero sacan el ganado a pastar y al traer de vuelta el ganado hasta el Corral de los Garañones observan que el primer animal que entra por la puerta es el Macho Rucio y se echa sobre la piedra. El pastor trajo agua bendita y roció la piedra con ella. Luego con un marrón la rompió en dos. En el interior de la piedra rota había un zurrón lleno de monedas, llenito de dinero."
Esta increíble historia de clarividencia es conocida por muchos pastores de la zona y ninguno de nuestros informantes nos ha podido aclarar si tiene una base real o quién y cuándo empezó a narrarla. Cuando estábamos a punto de archivarla como una más de tantas curiosas y valiosas historias orales de nuestra tradición, hemos descubierto, casi por azar, un cuento escrito por Jorge Luis Borges, basada en una historia de Las Mil y Una Noches, que nos ha causado mucha curiosidad por sus similitudes. A continuación transcribimos el relato para que el amable lector pueda apreciarlo por sí mismo.

Los dos que soñaron

Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de la higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: "Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla".­ A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Legó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa, y por el Decreto de Dios Todopoderoso, una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron con el estruendo de los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y le menudearon tales azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días recobró el sentido en la cárcel. El capitán lo mandó buscar y le dijo: "¿Quién eres y cuál es tu patria?" El otro declaró: "Soy de la famosa ciudad de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí". El capitán le preguntó: "¿Qué te trajo a Persia?" El otro optó por la verdad y le dijo: "Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque aquí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que esa fortuna que me prometió deben ser los azotes que tan generosamente me diste".
Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decirle: "Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo en cuyo fondo hay un jardín, un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de la higuera una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, engendro de una mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Toma estas monedas y vete".
El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era la del sueño del capitán) desenterró el tesoro. Así Dios le dio la bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.

Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899-1986)

Después de su lectura quisimos comparar esta versión con el original en el que se basaba. Aquí lo ofrecemos también para su evaluación:


Las Mil y Una Noches
Noche 351
Caso Prodigioso de Videncia

Se cuenta de un hombre de Bagdad que vivía en completo desahogo y tenía grandes riquezas. Pero éstas se le agotaron, su situación cambió y se quedó sin nada consiguiendo comer sólo a costa de inauditos esfuerzos. Cierta noche mientras dormía cohibido y amedrentado vio en sueños una persona que le decía: "¡Tu fortuna está en El Cairo! ¡Ve, corre a buscarla!"
Emprendió el viaje a El Cairo, llegó al atardecer y fue a dormir en una mezquita. Cerca de la mezquita había una casa y Dios (¡ensalzado sea!) dispuso que una partida de ladrones entrase en la mezquita para asaltar la casa. Los habitantes de ésta se despertaron al oír el movimiento de los ladrones y empezaron a chillar. El valí de la ciudad y sus hombres acudieron a auxiliarles. Los ladrones huyeron. El valí entró en la mezquita y encontró dormido al bagdadí. Le detuvo y le hizo azotar con golpes muy dolorosos hasta que estuvo a punto de morir. Le encarceló y le tuvo tres días en prisión. Después le hizo comparecer y le preguntó: "¿De qué país eres?" "¡De Bagdad!" "¿Y qué motivos te han traído a El Cairo?" "He visto en sueños una persona que me decía: '¡Tu fortuna se encuentra en El Cairo! ¡Vete!' Al llegar a El Cairo me he dado cuenta de que la fortuna prometida eran los azotes que me has mandado dar." El valí se rió de buena gana dejando al descubierto sus molares. Le dijo: "¡Hombre de poco entendimiento! Yo he visto en sueños tres veces a una persona que me decía: 'Hay una casa de Bagdad situada en tal barrio y cuyo aspecto es éste. En su patio hay un jardincillo y debajo del surtidor se encuentran riquezas enormes. Ve allí y cógelas'. Yo, a pesar de esto, no me he movido y tú, tonto, has emprendido el viaje de una ciudad a otra por una visión que has tenido en el curso de una pesadilla". Le dio a continuación unos dirhemes y le dijo: "Utilízalos para regresar a tu ciudad".
Sahrazad se dio cuenta de que amanecía e interrumpió el relato para el cual le habían dado permiso.
Cuando llegó la noche trescientas cincuenta y dos, refirió:
-Me he enterado, ¡oh rey feliz!, de que [el hombre] tomó los dirhemes y regresó a Bagdad, pues la casa que el valí le había descrito era la suya propia. Al llegar a su domicilio cavó debajo del surtidor y encontró una gran riqueza. De este modo Dios le dio un gran tesoro. Éste es­­ un caso prodigioso.­­­­­­­­
­

Como vemos, no hay nada nuevo bajo el sol. El mismísimo Jorge Luis Borges se ha basado en un antiquísimo relato de tradición oral, cambiando algunos datos geográficos y onomásticos, para recrear, según su costumbre, una historia llena de paradojas oníricas espacio-temporales.
No sabemos a ciencia cierta si el relato de "El Corral de los Garañones" está basado también en la historia de las que relató Sherezad al Califa durante mil y una noches o sólo es un curioso paralelismo. Es posible que algún arquetipo en la inventiva de los narradores de historias haya causado las similitudes. Quizá sea únicamente el deseo de influir en los oyentes el deseo de que para buscar la felicidad, la fortuna, uno se puede quedar en la propia tierra -si además es tan hermosa como Amurga-, en vez de buscar suerte en lejanas y peligrosas tierras.
Pensamos que sea como fuere, la historia de "El Corral de los Garañones" merece al menos tanto aprecio y respeto como la adaptación -casi plagio- de Jorge Luis Borges. El argumento y los términos geográficos son en nuestro caso, al menos, originales, sin que se recurra, si no es casi de forma subconsciente, a la historia citada de Las Mil y Una Noches.
Después de leer los distintos relatos con tema tan coincidente y atractivo queremos llamar la atención sobre la importancia y calidad de nuestra tradición oral que ha sido capaz de producir una historia que en nada desmerece a la originada por otras culturas o autores de gran prestigio.
Queremos también aprovechar estas páginas para reclamar una protección integral del macizo de Amurga y todo lo que representa. Tras la degradación masiva de la costa en aras de un turismo de masas depredador se quieren abrir caminos y veredas al llamado turismo rural, con descuidadas excursiones a pie de grandes grupos de personas para mostrarles lo poco de nuestra tierra que se ha salvado de la especulación y la destrucción. Dicho turismo verde vuelve a ser impulsado por los mismos promotores y operadores que han desarrollado turísticamente la costa. En vista de los precedentes, mucho nos tememos que el destino de los bellos barrancos y tableros de Amurga sea el convertirse otra víctima más del turismo, esta vez alternativo...
Otra de las amenazas que se ciernen sobre Amurga es la presencia de multitud de vertederos legales e ilegales que se esconden, nunca mejor dicho, entre sus barrancos, tolerados por una política medio-ambiental miope y especuladora.
También queremos llamar la atención sobre el deteriorado estado de los importantes yacimientos arqueológicos de Amurga, que languidecen entre la desidia y el descuido. Mientras esto es así, se prepara un proyecto aberrante destinado a recrear el mundo aborigen para solaz y entretenimiento de los turistas a las faldas de la Montañeta Chica, en la carretera de
Maspalomas a Fataga. Esto ocurre mientras los restos aborígenes reales se encuentran llenos de basura o son arrasados con explosivos a muy poca distancia (Lomo del Diablito o Machacadora de Áridos en el cauce del barranco de Fataga).
A modo de conclusión queremos decir, sin que tengamos necesidad de emigrar a Cuba, a ningún otro sitio o consultar brujos ni adivinos, que nuestra fortuna -nuestra suerte-, y la de todos los canarios amantes del país, se encuentra, sin dudas, en el "Corral de los Garañones", en Amurga y en toda Canarias.


1Vocabulario de Mazigio Moderno. (Español - Mazigio) Aguere, 1989. Autor: Manuel Suárez Rosales
2La Propiedad Pública, Vinculada y Eclesiástica en Gran Canaria, en las Crisis del Antiguo Régimen.
Tomo I Cabildo Insular de Gran Canaria, 1987
Autor: Vicente Suárez Grimón
3De profunda raíz africana, pero con grandes influencias canarias.
4Probablemente significa zahorí: adivino. Nuestro hombre no acudió a la magia negra, sino a algún tipo de curandero o practicante magia blanca.
5La mención al agua bendita remarca la suposición de que el brujo “sajorín” debía ser de signo positivo

martes, 24 de mayo de 2011

TERAKAFT PARA EL DÍA DESPUÉS



Me resisto a escribir una sola línea acerca de las elecciones.  Mi estado de ánimo está tan revuelto que no quiero poner en palabras lo que siento. A pesar de ello, las teclas del ordenador empiezan a vibrar inquietas y surge la palabra.
    Mientras los políticos –vencidos y vencedores, respectivamente- lamen sus heridas o se relamen de satisfacción, el alisio sigue soplando sobre las laderas del norte y el sol luce sobre los sures de las Islas. Hemos amanecido bajo ese mismo alisio húmedo en la ciudad del Real de Las Palmas: se acerca el verano, ajeno al nuevo panorama político en las Islas y en todo el Estado.
    Es el día después y acabo de modificar el fondo de pantalla del ordenador. Es un atardecer en la playa de Las Canteras. La foto está desenfocada, pero tiene la belleza única del orto solar antes de hundirse en el océano detrás de Tenerife. Visto desde la Gran Canaria el cielo explota en una sinfonía de rojos y anaranjados que parecen un volcán purificador.
    Al mismo tiempo he puesto en el ipod las guitarras enarboladas del grupo de música tuareg, Terakaft,  que significa caravana, en el sonoro dialecto del desierto de Mali. Parece que mi alma busca los contrastes extremos del día después: los acampados de las plazas han dejado oír su queja como quien plañe en el desierto y allí me quiero ir.
    Suenan las guitarras eléctricas como armas de una revolución romántica, como los kalashnikovs pacíficos de los hombres azules del desierto, cantando al amor y a la libertad en los escenarios de medio mundo. Los vi y bailé a sus sones en el pasado WOMAD de Gran Canaria junto a mi amada.
    Eran cuatro guitarristas estilizados y completamente cubiertos por el atuendo del desierto. Parecían fuera de lugar hasta que su música rasgó el aire: la percusión rítmica e hipnótica de los campamentos tuaregs se amplificaba por los acordes de las guitarras eléctricas. No había escuchado nada parecido: el bajista es comparable a cualquier grupo de rock occidental. Dancé y salté en trance, sin entender lo que cantaban, pero comprendiendo la poesía que cantaban, junto con otros cientos que buscaban un hueco para escucharlos en la trasera del Parque de Santa Catalina.
    Hoy me quisiera ir a ese desierto, al seco Sáhara central, atalayado de ergs y surcado por los vientos cegadores del hamatán, con miríadas de estrellas que titilen en la noche, marcando el rumbo de las caravanas, escuchando relatos junto a la hoguera del campamento mientras los dromedarios mugen rumiando en el silencio de la noche.
    Me querría ir a ese desierto sino fuera porque vivo en este otro, lleno de políticos sin escrúpulos, de otros inútiles, de ciudadanos desengañados y perplejos, de acampados a la espera de no se sabe qué signo celestial que los guíe y de este bloguero que cuenta lo que le ocurre, escuchando en la soledad a Terakaft. 
  Enlace para saber más

viernes, 20 de mayo de 2011


Tenía casi perdida esta página. Se me habían olvidado las claves y hasta el nombre mismo del blog. Creo que la última vez que lo había abierto databa de hace más de un año, justo cuando tomé los fragmentos que tenía de lo que en primer lugar me dio en llamar “Querida” y que no era otra cosa que un par de páginas para un relato erótico.

Creo que se lo había comentado a Jorge Liria cuando me preguntó sobre lo último que traía entre manos. Jorge se mostró interesado y me animó a seguir adelante con aquel embrión de relato que después devendría en lo que hoy es “Kopi Luwak”.

Desde aquel remoto encuentro en la sede de Anroart en la calle Santa Juana de Arco, no entré más en este “cuaderno de bitácora” virtual. Me olvidé de las claves y, como decía más arriba, hasta su denominación. Ayer, cuando Belén intentó recuperarlo, me sentí pesimista: hacía tanto tiempo que no entraba que era posible que los administradores le hubieran dado por borrarlo. Lo único que me tranquilizaba es que desde hacía un año había copiado y rescatado los textos iniciales.

Cuando Belén, perseverante ella, consiguió dar con la clave y hasta con las cuentas de correo asociadas no me lo podía creer ¡gracias Belenia mía! Así que aprovecho la oportunidad para reactivarlo.

Tengo por ahí algunos escritos que esperan su salida a la luz y este es un buen sitio para que se vayan oreando.

Mientras tanto Kopi Luwak echa andar por su propio pie el día 28 en la Feria del Libro de Madrid. Estaremos en la caseta de Maidhisa, número 24. Entrada por O’Donnell. Allí estaré firmando ejemplares para todo aquel que quiera acercarse. La presentación en Canarias será a principios de junio.

jueves, 19 de mayo de 2011

Reanudo mi Blog

Después de muchos meses vuelvo a reanudad mi blog. Acabo de terminar KOPI LUWAK y marcha camino de la imprenta. Seguiremos informando.