La
poesía siempre ocupó una esquina en el jardín de mis gustos literarios. Durante
años lo he sembrado en secreto de flores olorosas, plantas aromáticas y alguna que otra suculenta planta del
desierto.
Allí
me recreaba la vista y otros sentidos antes de volver a la parte principal,
ocupada por frondosos bosques de novelas complejas o de bosquetes de cuentos
arbustivos, que me han ocupado la mayor parte del tiempo y los esfuerzos.
Quise
mantener al poeta oculto y al prosista expuesto hasta hace un par de semanas
cuando se me ocurrió concurrir al premio “Poesía Erótica Canaria 2013”
convocado en las redes sociales.
Les
envié el poema que figura más abajo, para saber qué podría pasar si enseñaba
alguna de mis flores exóticas. Ahora ya lo sé: ayer, día 23 de febrero, se hizo
público el fallo del jurado en un restaurante chino de Las Palmas de Gran
Canaria. Entre los que concurrieron se eligieron veinte poemas para editarlos
en un librito y se nombraron los correspondientes primer premio y dos accésits.
El
jurado no tuvo a bien elegir la mía.
Como
quiera que no ha sido publicada en el libro, se la ofrezco aquí gratis a mis
lectores.
El
trueno de tu mirada
El
trueno de tu mirada aturde a las palomas
que
salen volando entre tus párpados,
propagando
el resplandor verde
que
por tus pupilas asoma,
anunciando
el relámpago que convoca.
El
oleaje de las mareas que tu cadera causa al andar,
cimbreándote
como los mimbres al viento,
mueve
los veleros en la mar
y
la luna sobre el horizonte.
Un
arco de colores entre la penumbra
ilumina
las cumbres de tu cuerpo,
pezones
enhiestos,
que
al contraluz alumbran.
Mi
mano leve se posa,
en
la rosa que tu tesoro guarda,
haciéndote
vibrar
y
que el fuego arda.
La
chispa prende fúlgida,
mientras
las candelas titilan,
sobre
ti y sobre mí.
El
rayo de tu mirada precede a la tormenta,
desencadenada
sobre el mástil
que
tu boca hambrienta devora,
alumbrando
la noche borrascosa
con
tu sonrisa satisfecha