jueves, 6 de octubre de 2011

"HAY OTROS MUNDOS, PERO ESTÁN EN ÉSTE" (PAUL ELUARD)

Hoy ha muerto Steve Jobs, el carismático y visionario fundador de Apple.  Asimismo,  en el día de hoy, he recibido noticias de mi amigo Dudú, que está sano y salvo en Touba, rodeado de su familia tras nueve días de viaje por la costa occidental de África, atravesando Marruecos, el Sáhara, Mauritania y Senegal, en un viaje complicado y azaroso.

También hoy le han concedido el premio Nobel de Literatura al poeta sueco Tranströmer, que ya no puede hablar con su voz, pero sí con su música y su poesía. Además esta noche habrá una “lluvia” de meteoritos que abre paso a la gran tormenta de dracónidas del próximo sábado.

Mientras tanto los mercados financieros juegan con todos nosotros y la luna se acerca a su plenilunio.  Steve Jobs creía que podría cambiar el mundo con el poder de las ideas; yo también, aunque a veces dudo que los cambios afecten a todos por igual.

Muchos días no sé donde encontrar el optimismo, aunque he de reconocer que las miradas de algunos de mis alumnos, asombrándose al entender que la resina de un viejo tronco de peral del huerto escolar sirva para restañar las heridas del tronco, de la misma manera que la sangre cicatriza nuestros arañazos, me ayuda a conciliarme con el futuro de la humanidad. La esperanza de encontrar un mundo mejor está en esas miradas.

Dudú tuvo dificultades al llegar a la frontera mauritana, cercana a la antigua Villa Cisneros. Allí los aduaneros le negaron el paso al dueño de la furgoneta donde viajaban. Su dueño tiene pasaporte de Ghana, que no tiene acuerdos de libre tránsito con Mauritania. Los mauritanos reclamaban dinero para permitirle el paso. Como quiera que el ghanés no lo tenía, se tuvo que dar la vuelta (Dudú no sabe qué ha sido de él, pues el móvil no responde...).

Dudú estuvo en la frontera de Mauritania dos días hasta que otros senegaleses aceptaron llevarlo con ellos en su coche. De esta manera pudo llegar a Senegal, después de nueve días de viaje. No me quiso decir cómo se alimentó durante el camino, sólo que “gracias a dios” llegó bien a casa.

Los periódicos están llenos de artículos sobre Jobs, sobre el casamiento de cierta duquesa anciana y las habituales noticias de los políticos enfrascados en la precampaña electoral con sus habituales noticias insulsas, hablando, sin decir o hacer algo de provecho.

Mientras tanto, se me ha roto la pata derecha de mis gafas. Le he hecho una reparación de urgencia con cinta americana porque me han dicho en la óptica que el repuesto tardará en llegar tres semanas (con suerte). Y ando con ella vendada y torcida.

Así que mejor echo manos de las gafas de buceo y me voy a bucear con mis gafas (graduadas) de vista submarina. A ver si tengo suerte esta tarde y vuelvo a encontrarme con el raro ejemplar de pulpo que vi hace dos días. Dicen que son animales inteligentes; al menos más que ciertos políticos.

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