Después de un par de meses de "clandestinidad", me atrevo a colgar una poesía. No más.
ATARDECER
Hace calor,
mientras espero que las sombras
difuminen la tarde,
andando por veredas estrechas
y fajanas oscuras de basalto,
escondidas entre los barrancos.
Buscando respuestas
a los enigmas esenciales
que las campanas de fonolita
por los valles con su eco
repiten al ritmo de mis pasos
entre el barbuzano y el palo santo,
el follao y el laurel.
Luce la entreluz cruzando las hojas;
canta la tórtola y croa la rana verde,
mientras el lagarto concluye el día,
asolejiado y lento
como yo, rumbo al océano.
Abajo el sol cae tras la mar,
rielando el crepúsculo
que las gaviotas sobrevuelan.
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