viernes, 18 de noviembre de 2011

MATEMÁTICAS, PELÍCULAS DE TERROR Y LA PRIMA DE RIESGO

Por mucho que lo intento no termino de entender eso de la “prima de riesgo”, los “quinientos puntos básicos”, el “diferencial alemán” y toda la sarta de noticias económicas  que nos tienen amargados y atragantados en estos últimos meses.

No entiendo porqué nos vamos a la ruina ni porqué un ente abstracto como los “mercados”  han hecho caer dos gobiernos electos en la Europa democrática, sin que nos inmutemos demasiado.

No entiendo qué hace que unos especuladores anónimos nos estrangulen en vísperas de unas elecciones democráticas y están agazapados pendientes de los resultados para saltarnos a la yugular. Y que estemos todavía en la inacción.

He buscado razones objetivas para ello; en vano. Y todo lo que ha caído en mis manos que sonara a coherente y racional ha sido una pequeña reseña ¡de un libro escolar!  sobre la fórmula para realizar una buena película de terror.

Los científicos siempre han intentado encontrar razones matemáticas para el universo y para el día a día de los mortales. Desde que los antiguos caldeos y sumerios empezaron a reflejar en números sus observaciones astronómicas y los griegos dieron con fórmulas para expresar razones trigonométricas que explicaran su mundo, se ha avanzado mucho. Y no sólo en cuestiones puramente científicas.

Matemáticos del King’s College de Londres -quiero suponer tan ociosos como curiosos- se pusieron a meditar sobre la fórmula adecuada para garantizar una exitosa producción cinematográfica.

La fórmula terrorífica (1) es algo así como:

                                                 vr  + f              s + eo + a
PPT =  (md + p + e + ee) +  (----------- )   +  (-----------------) ;
                                                    2                         n



donde (PPT) es Película Perfecta de Terror,  (md) música dramática, (p) persecuciones, (e) encierro, (ee) efectos especiales, (vr) vida real, (f) fantasía, (s) soledad, (eo) espacio oscuro, (a) ambientación escénica y (n) número de personajes.

De esta ecuación se pueden deducir algunas cuestiones muy curiosas para decidir el éxito o fracaso de una película del género de terror; como que a menor número de personajes encerrados en un lugar oscuro, bien ambientado, mejor podrá ser el resultado.

Una buena película de terror necesita, entre otros factores, pocos personajes, buena música, persecuciones y efectos especiales. Si además, se mezclan por mitades la vida real y la fantasía, el producto final será excelente.

No sé si los cineastas del género saben de los sabios cálculos de los científicos británicos del King’s College, pero aparentemente, la ecuación posee algunos elementos a ser considerados. Confieso, como escritor de algún relato de fantasía, misterio y terror, que nunca hasta ahora me había planteado algo parecido a esto para crear las historias. A pesar de la ironía evidente de la fórmula, creo que tiene algunos elementos dignos de ser tenidos en cuenta.

Mientras sonrío con la fórmula de arriba, tiemblo al pensar que ahora somos objeto de algún diabólico plan para controlar el mundo. En estos días tengo la sensación de ser un figurante más en una película del nuevo y exitoso género "económico-catastrofista". Este nuevo género cinematográfico tiene cada vez más figurantes, que son espectadores y víctimas al mismo tiempo.

Parece que alguien estuviera rodando una superproducción destinada a cambiar el mundo. No sé si se llama “Merkozy y la prima de riesgo” o “El déficit, el feo y el malo” o quizás “Por un puñado de euros”. Ni siquiera con una música compuesta por Ennio Morricone se podrá convertir en un éxito: hay demasiados figurantes y damnificados para que lo sea.

Quisiera conocer quién ha ideado tan maquiavélico plan, qué “think tank” de esos que quieren gobernar el mundo está detrás de la manipulación de los mercados, haciendo tambalearse el estado de bienestar y con ello a las democracias, siguiendo alguna oscura fórmula pensada a tal propósito, rodando algo tan nefasto. No sé si tendríamos cuartillas para escribir la fórmula completa o nos bastaría con las gráficas del IBEX, el DAX y el Dow-Jones combinadas a modo de tremor volcánico.

Sobre todo quisiera conocer al guionista y al director. Hasta que no sepamos quiénes están detrás de este monumental tinglado, mandemos a la “prima de riesgo” y demás parientes de vuelta al Frankenstein que las creó.



Bibliografía:

1 Una universidad para los niños. Ulrich Janssen y Ulla Steurnagel Ed. Crítica

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