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Este año empezó bajo el signo de la luna llena. El tránsito desde el
año 2012 al 2013 estuvo iluminado por una enorme luna amarillenta que
lucía sobre una desbocada prima de riesgo y una España corrupta, llena
de recortes sociales y de desempleo.
Por si fuera poco, la fúlgida luna se volvió a mostrar antes de
acabar el mes de enero: La noche del día 27 también estuvo presidida por
la faz iluminada de nuestro satélite y en su honor, rebusqué en mi
memoria hasta encontrar una vieja canción que escuché por primera vez en
la voz rota de un solista majorero de cuyo nombre no me acuerdo: “Fúlgica
luna del mes de enero/ raudal eterno de intensa luz…” Aquel cantante le
ponía un sentimiento y una melancolía tan particular que nunca he
vuelto a encontrar una interpretación equiparable a la famosa canción
del musicólogo venezolano Vicente Emilio Sojo, aunque corrigieran lo de
“fúlgica” por fúlgida.
Para seguir con la luna, uno no debe olvidar que los chinos
empezaron con la siguiente luna nueva, el día 10 de febrero, catorce
días más tarde, su año nuevo chino, el de la Serpiente de Agua.
Siguiendo su milenaria tradición, con el calendario lunisolar
utilizado en varios países asiáticos, los chinos celebraron su Año Nuevo
Chino, el que hace el número 4711, provocando la mayor migración humana
conocida, la de cientos de millones de personas desplazándose por el
Reino del Centro hacia sus lugares de origen, para festejar en compañía
de sus familias la Fiesta de la Primavera, el comienzo de un nuevo ciclo
anual.
Continuando nuestro avance mensual llegamos al mes de marzo, Martius
(Marte) para los romanos. Marzo ha sido también objeto de todo tipo de
simbologías, de supersticiones y de augurios.
En el calendario romano, los idus de marzo se conmemoraban el décimo
quinto día del mes. Los idus eran días de buenos augurios, que ocurrían
los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre, además del décimo tercer
día de los demás meses del año.
Conocida es la muerte de Julio César en el Capitolio de Roma, durante
la celebración de los Idus de marzo del año 44 antes de Cristo, después
de haber sido prevenido por un vidente – en vano- de que debería
resguardarse de los idus de marzo.
Desconozco si la troika comunitaria, la señora Merkel, el señor
Rajoy, el señor Rivero y otros similares han ido recientemente a algún
vidente porque, si en quienes confiaron fue en sus expertos económicos,
para prever este presente, deberían dimitir todos y dedicarse a otros
menesteres, antes de que los idus de abril acaben con ellos.
Dos días antes de los idus de marzo, el día trece, ha sido elegido un
nuevo Papa, el jesuita argentino Bergoglio quien desde ese día pasó a
ser, simplemente, Francisco y, dice –entre otras cosas, que quiere
“pastores que huelan a oveja”.
Mientras los humanos nos entretenemos con nuestro microcosmos, el
planeta decide que tiene otras preocupaciones y se empieza a estremecer
–de nuevo- en torno a la isla del El Hierro, recordándonos que nuestras
pequeñas tribulaciones son eso: pequeñas.
El año está siendo extraño en el aspecto meteorológico, con un casi
permanente flujo de vientos del oeste, que ha llevado aguas y vientos a
las islas occidentales, dejando huérfanas de lluvias a las islas de
oriente. Las mareas golpean furiosas las costas de las Islas batiendo
las rocas y removiendo los fondos pero el agua ha pasado de largo,
dejando unas pequeñas garujas en Gran Canaria, Fuerteventura y
Lanzarote.
Ahora también parece que Vulcano y Hades se aliaran en los subsuelos,
alimentando las calderas de sus fraguas y estremeciendo a la isla más
joven desde sus cimientos de basalto.
Si uno alza la vista a los cielos podrá comprobar como Júpiter es
visible a occidente en la Constelación de Tauro, entre Aldebarán y
Alcione, señalando su preeminencia planetaria. A veces me gustaría ser
supersticioso y configurar una explicación fantasiosa y poética a
nuestros pequeños devenires humanos. Me hubiese gustado aprender
astrología con los persas, caldeos o egipcios; quiromancia y adivinación
con los chinos; música y danza con los derviches turcos; navegación con
los polinesios o retórica con los griegos.
Pero no, debo asumir que fui educado por mi propia didáctica, tomando
algo de Paleontología y Vulcanismo de Joaquín Meco Cabrera, mucho de la
antigua Biblioteca Pública del Obelisco, algo más de la Enciclopaedia
Britannica y de los fondos de Folio Editorial en Londres.
Con esta mezcla –asumo- sólo es posible que uno enhebre estas líneas
antes de que se acabe el mes de marzo, observando el mar azul y
siguiendo cada sorprendente declaración del nuevo Papa (arrodillado al
lavar los pies de sus ovejas), con un ojo puesto en los temblores al
oeste de la Isla del Meridiano y el otro en la novela que está
pariéndose al otro lado de este archivo.
2 comentarios:
En este relato se hace un repaso del tránsito de nuestro país del 2012 al 2013, en el que se citan los principales problemas que aquejan a nuestro país, relacionándolos con tanto con la amarillenta luna o la melodía que hablaba del la fúlgida luna. También nos habla de los ciclos lunares que han dado lugar al inicio del nuevo año chino y otros países asiáticos que dan lugar a una importante migración para que las familias de dichos países puedan celebrar en familia las Fiestas de Primavera, pero a mi entender, lo más importante es la relación que ha establecido entre los principales políticos y los Idus de Marzo, con los que parece una contradicción, si en su definición dicen que son días de buenos augurios, en la práctica, son todo lo contrario, con una salvedad en este caso, aunque fuera 2 días antes, el nombramiento del nuevo Papa, que ha resultado como la entrada de un aire fresco en el Vaticano.
También cita a la Isla del Hierro de permanente actualidad y los fenómenos meteorológicos, como los vientos y como el agua ha pasado de largo en las islas orientales, en definitiva un excelente relato que dejan al lector con ganas para leer el próximo relato, que supongo ya tendrá en mente.
Juan Tejera.
Juan,
Muchas gracias por tus comentarios. Creo que lo explicas mejor que yo mismo.
Un saludo
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