HOLOTURIAS Y VOLCANES

Para Cacho Ripa y Rosi Zorrilla que me leen desde el Lago Nihuil, en Mendoza, República Argentina, añorando la playa de Las Canteras

Pensaba escribir sobre la educación en Corea, pero me olvidé los apuntes en alguna parte (no es broma) y lo dejaré para próxima ocasión. Ayer por la tarde las nubes tenían un tono herrumbroso hacia el Oeste, pareciendo como si se notara en el cielo la erupción desde la Isla del Meridiano.

Eran las clásicas nubes de calor, teñidas con las tierras del Sáhara. Este otoño está resultando extraño, con temperaturas cercanas a los treinta grados y una sequedad anómala. Atrás quedan los interminables meses de verano bajo la “panza de burro” del alisio en la ciudad.

Ha hecho erupción el volcán que ha estado amenazando todo el verano a la isla de El Hierro, a sur de la Restinga. Escribo estas líneas mientras evacúan el pueblo. Parece que podrían abrirse otras bocas eruptivas en tierra o más cercanas a ella.

Mis recuerdos del Mar de las Calmas y de la Restinga se mezclan entre buenos caldos de pescado y paseos por los fondos de Tacorón. Alguna vez vi holoturias descansando entre las grietas de las coladas rojizas del fondo. Está protegida la zona de buceo del Mar de las Calmas.

Esta protección y las holoturias me recuerdan a sus parientes de la Barra de la playa de Las Canteras. Hace poco la Policía Municipal detuvo a una ciudadana de pasaporte chino que había pescado de forma ilegal casi 25 kilos de estos equinodermos en la Barra. Son las holoturias unos animales emparentados con estrellas y erizos de mar. Son de la forma y tamaño de un buen pepino y así se les denomina vulgarmente, pepino de mar, aunque también son conocidos como cohombros de mar o todavía más explícitamente, “pollas de burro”.

Los asiáticos los aprecian para sus platos y, al parecer, están esquilmando sus poblaciones por toda la costa norte de la Isla. La policía municipal de la ciudad detuvo a la mencionada súbdita asiática después de que se denunciaran sus actividades ilegales. No es, desafortunadamente, la única furtiva que marisquea o pesca en la playa.

Aunque su efecto es leve, sigue habiendo desaprensivos que pescan ilegalmente en aguas de la playa, sin saber que el beneficio de la veda de pesca y marisqueo está teniendo un efecto muy beneficioso en la fauna del lugar. Además cada vez hay más buceadores locales y extranjeros que disfrutan de los fondos de la playa. Casi tanto como en la isla del Hierro.

Esperemos que el nuevo volcán no cause daños ni a las personas ni a la fauna del Mar de las Calmas.