lunes, 25 de julio de 2011

“FUERZA HUMANA”

Hay días en los que la memoria se va adonde quiere y cómo ella quiere. Esta mañana me di mi paseito diario por las Canteras. Bajo la “panza de burro” de la ciudad se desperezaba la actividad cotidiana en el paseo desde el Auditorio Alfredo Kraus hasta la Puntilla: paseantes. joggers y jubilados ocupaban el paseo entre el personal de limpieza de la playa.
La marea estaba alta a primera hora y el equipo que habitualmente limpia la arena de algas, sebas y otros restos se limitaba a recoger con rastrillos algunos restos cercanos al muro.
Según paseaba empecé a darme cuenta de que había otros operarios uniformados que estaban ocupados en limpiar, uno a uno, los barandales del paseo. Son un grupo heterogéneo de hombres y mujeres equipados de arriba a abajo de la misma manera: botas de trabajo, pantalón verde oliva, camiseta y chalecos amarillo-anaranjados; no les faltan ni guantes ni gafas protectoras ni siquiera agüita fresca para aliviarlos del eventual solajero.
Son de distinta edades, géneros y apariencia, siendo la única coincidencia aparente, que exhiben en letras impresas en los dorsales de la ropa el lema “Gobierno de Canarias” y no sé qué Plan de Empleo.
En mi poco deportiva marcha por la avenida comprobé que había muchos más de ellos, entretenidos en lijar a mano o con espátulas las bases de los bancos. Había varias cuadrillas esparcidas a todo lo largo y ancho del paseo: los unos lijaban, los otros limpiaban, los de más allá pintaban y alguno otro se paraba para fumar o charlar con sus compañeros de partida.
Un poco más adelante y en las calles circundantes, otros equipos se afanaban en limpiar fachadas, cristaleras y hasta puertas de garajes de particulares, armados de bayetas, baldes, rascacristales y fregonas. Unos grupos pintaban de pintura resistente al óxido en varias capas los bolardos y las vallas. Me sorprendió que la mayoría de los trabajos se hacían con medios simples, sin que fuera capaz de ver ni una sola lijadora eléctrica u otros medios mecánicos que no fueran de los impulsados a mano.
No sé porqué pero mi mente se fue hasta la China comunista de la época de Mao Tse Tung (que ahora se ha occidentalizado en Zedong). Los distintos equipos uniformados, en particular el color verde oliva de los pantalones, me llevaron a las masas de chinos que limpiaban Pekín (ahora Beijing) con una escoba por toda herramienta antes de la visita del presidente Nixon en 1972.
Recuerdo ver en los telediarios en blanco y negro de la época a miles de chinos uniformados preparando las calles de la capital del Reino del Medio para la visita de los dignatarios americanos, sin grandes máquinas y con la única ayuda de sus manos y de simples herramientas. A mano limpiaron y adecentaron Beijing para recibir primero a  Henry Kissinger y luego a Richard Nixon, antes de que las aguas del Watergate acabaran con el presidente.
Otros países asiáticos también han hecho gala de su “poder humano” para avanzar y competir con la tecnología occidental. Hacía Mohandas Karamchand Gandhi gala de la rueca tradicional como alternativa a los grandes telares industriales de origen occidental. en su lucha desigual con el Imperio Británico. Decía el pacifista hindú que las grandes empresas industriales eran una amenaza para el pleno empleo de los hindúes. Sostenía Gandhi, que el hambre en la India era una consecuencia del modelo social y económico exportado por los colonizadores británicos. En la bandera actual de la India queda una rueca estilizada como recuerdo al fundador de la India moderna, aunque bien poco queda de la filosofía vital de Gandhi.
Desde esa época mucho han cambiado los dos grandes gigantes asiáticos, que hoy día se van olvidando de sus orígenes humildes y se han lanzado a la competencia tecnológica, informática y comercial con occidente.
Cuando he llegado a casa me he enterado que el Gobierno de Canarias, en colaboración con el ayuntamiento de la ciudad, ha empleado a 492 operarios sacados del paro para “pintar, limpiar, arreglar y embellecer” calles y edificios en la zona del Puerto-Canteras.
Me parece loable la iniciativa pero no sé si el Gobierno de Canarias piensa recurrir más a menudo a nuestro “canarian human power”, que más de 250000 parados dan para mucho limpiar y muchos árboles que plantar (por otro ejemplo); pero creo que algunas de las tareas se podrían agilizar con el empleo de máquinas herramientas, aunque sean de procedencia china o hindú.

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